viernes, 22 de diciembre de 2017

FUNDACIÓN PEDRO CANO


Imagínate que al entrar en la Fundación te recibe el Gran Kan, el rey de los mongoles. Imagina que tras una pausada conversación con un té caliente en las manos, El Gran Kan te habla de cincuenta y cinco ciudades invisibles, todas ellas con nombre de mujer, y que pertenecen a su vasto imperio.
Imagínate que paseando lentamente por la Fundación te encuentras a Marco Polo, y te habla de las gentes, que sin haber perdido totalmente su identidad, intentan empezar mientras huyen, una nueva vida en tierras extranjeras.

Imagínate que luego te habla de los cuadernos que ha pintado en sus viajes por Grecia, Patmos, Palmira, Marraquech, Egipto, Villa Adriana o Nueva York… Imagínate todo eso.
Es como un jardín, un jardín de papel, con flores de papel, granadas de papel, lirios, rosas, bulbos…
Imagínate las puertas de Roma, o las puertas humildes de las casas humildes de los pueblos humildes…


Pues todo eso existe, y está en Blanca, ese pueblo murciano hermanado con Anguillara, otro pueblo, esta vez italiano. Es la Fundación Pedro Cano, y puedes ver mucha información en Internet, pero lo mejor es que vengas a verla, porque hay sensaciones que por muy bien explicadas que sean, es mejor sentirlas.



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