"Tarro verde"
óleo sobre lienzo
40x50 cm.
Siempre tengo por mi estudio tarros y trapos que uso para
limpiar los pinceles. Un día decidí pintar uno de estos tarros, darle una identidad
y un protagonismo nuevo.
Cuando estudiaba fotografía, aprendí una lección muy
importante y que me ha servido para trasladarla directamente a la pintura:
cuando fotografiamos un objeto simple, elemental, poco importante, la luz que
lo ilumina tiene que ser la protagonista, tiene que ser muy cuidada, muy
especial, porque solo así podemos hacer grande ese objeto simple y sencillo.
Este cuadro confirma esa teoría de la luz. Este simple tarro
de cristal, sucio por los restos de pintura que ha ido acumulando en varias
sesiones, no tendría nada de particular si la luz que lo rodea fuera otra. Esta
luz y no el tarro, es la verdadera protagonista del cuadro.