El Museo del Vino de Bullas ha querido felicitar estas navidades a sus visitantes y amigos con una de mis acuarelas. Por supuesto ha sido un honor para mi colaborar con este magnifico Museo.
Todas las puertas tienen algo dentro. Muchas de ellas ahora sufren la ruina y el abandono, pero cualquier persona sensible puede leer en sus maderas, viejas historias ya pasadas, algunas inventadas, otras ciertas como los maderos que la sostienen. Creo que todas las puertas cierran o abren, según se mire.
Estas dos acuarelas ya las puse en este blog en julio del 2009, y este fin de semana las he enmarcado juntas. Son dos acuarelas que me gustan mucho, y por eso voy a colgar el cuadro en mi estudio, para que me inspire cada vez que las mire. Este tipo de trabajos sencillos son los que más satisfecho me dejan últimamente.
Muchas veces el paso del tiempo convierte un objeto normal y corriente en algo valioso, simplemente porque ha dejado impresa su huella en él. Solo es cuestión de saber mirar...