Muros de arrayanes, paredes
separadoras que unen los aromas del seto claro y el agua verde. Fronteras invisibles
que tejen los pájaros. Árboles que lloran rocíos mañaneros. Bosques de silencio
árabe, que un día perdieron el sueño en manos cristianas. La alhambra me llama con
voz de quejíos masculinos, y yo no puedo taparme los oídos. No quiero.
"parterre de la Al-hambra"
acuarela sobre papel
14x26cm