José Ato "pozo de nieve"
acuarela sobre papel
(28x76 cm.)
El arte es una de las manifestaciones más antiguas de la
humanidad, junto con las tareas propias de la supervivencia, como la caza, la
pesca, etc. Mucho tiempo después vendría la escultura, la cerámica, los metales,
la escritura, etc.
Seguramente, esto del arte fue fruto de la casualidad, cuando
después de despellejar el animal que habían cazado, el hombre o la mujer, apoyaron
su mano ensangrentada en la pared dejando impresa su huella en la roca. Tal vez
fue esta la primera imagen que creó un ser humano. Luego la curiosidad le
llevaría a pintar con los dedos manchados de
sangre los primeros signos, los primeros palotes o manchas en la pared, hasta
que la lluvia los borró y pensó entonces hacer estos signos en las
profundidades de las cuevas, o en los techos, evitando así que se borraran. Desde
ahí hasta las pinturas realistas que conocemos hoy en las cuevas de Altamira han
pasado muchos miles de años. Así de antiguo es el arte.
El arte es fundamental en la educación de una persona,
nos enseña a mirar el mundo con la mente,
con la imaginación, no solamente con los ojos de los sentidos. Sin arte las
personas retroceden a un estado más primitivo. La prueba de esto está claramente
demostrado en las culturas “primitivas” que todavía nos quedan en el planeta, culturas
que viven el arte día a día, en sus propios cuerpos, en sus casas, en sus
armas, y en todas sus actividades humanas. Viven el arte como algo que los hace
más personas.
Solamente los ignorantes ven el arte como algo que distrae del
conocimiento de otros saberes. Solamente los cretinos pueden verlo como algo
ajeno al ser humano.