Antes de pintar los olivos grandes, hice algunos bocetos de sus ramas, su tronco y sus frutos, para ir familiarizándome con el árbol, esto creo que ayuda a conocerlo mejor y por tanto, a pintarlo mejor.
Creo que lo importante de estos trabajos es atrapar la sensación que nos sobreviene al contemplar el olivo y trasladarla luego al papel. Los detalles concretos carecen ya de importancia.
Este primer domingo de noviembre, día de todos los santos, he comprado en Murcia el libro de María González sobre el pintor Pedro Cano. Espero disfrutar mucho con su lectura, porque además de hablar de su vida, sus viajes y su obra, reproduce un centenar de imagenes.