óleo sobre lienzo, autor José Ato
Me
ocurrió una vez en una exposición, una mujer me preguntó porque no había puesto
la sombra de una puerta en su lugar correcto, y le contesté que aquello no era una
fotografía, era un cuadro, y por tanto la sombra podía estar donde quisiera el
pintor. Así de simple.
Una
fotografía refleja toda la realidad que tiene delante el objetivo, es un acto
mecánico, pero la pintura tiene otro lenguaje, otras necesidades que no tienen que ser fotográficas. Una vez comprendido esto, el pintor puede ser libre para
pintar su propio mundo.
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