óelo sobre lienzo, 40x100 cm.
A
veces me olvido de pintar las formas que tengo delante, y me empeño en ir un
paso más allá, y quiero pintar las sensaciones y el estado de ánimo que tengo
en ese momento concreto, cuando miro una pared soledad por la tarde, como es el
caso de este cuadro.
Aquí
no quería quedarme con la cáscara, sino meterme más adentro, para buscar la
molla, la esencia, lo sustancial, lo que verdaderamente importa en un cuadro.
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