Cada vez que paseo por la orilla
de la huerta de Cieza, y veo el humo de las ramas quemadas de la poda de
invierno, me acuerdo de los magníficos cuadros de Joaquín Mir, los de su
primera época, esos paisajes rurales de su tierra llenos de candor, donde una
estela de humo asomaba tímida entre la vegetación rural del fondo del cuadro.
Eran
esos paisajes y la intención bucólica de su autor, los que durante algún tiempo
me inspiraron para pintar mis cuadros de esa manera. Luego Joaquín Mir fue dejando
de pintar así para meterse con furia en el color casi “Fauve” de la luz de
Mallorca. Ahí ya no pude tenerlo como referencia, porque no era ese el tipo paisajes
que yo quería pintar. Fue entonces cuando descubrí en el Museo del Prado al gran
pintor Carlos de Haes. Y empezó otra etapa en mi pintura.
"Río Segura"
óleo sobre lienzo
"Arrozales de Calasparra"
óleo sobre lienzo.
"Álamos en el río Segura"
óleo sobre lienzo pegado a madera
"La Atalaya"
óleo sobre lienzo pegado a madera
"Parque Municipal de Abarán"
óleo sobre lienzo
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