sábado, 13 de febrero de 2021

LAS FERIAS DE ARTE


"Madrid desde torres blancas" 
autor Antonio López García


 Un periodista le preguntó al pintor Antonio López, que le parecía que una obra suya se hubiera vendido en una subasta de Christie's por 1,74 millones de euros; Antonio López respondió que no le extrañaba, lo que realmente le extrañaba era que hubiera gente dispuesta a pagar esa barbaridad por un cuadro.

Hace tiempo que el precio de las obras de arte los marca el mercado, no el artista. Cuando esto ocurre, la obra de arte se convierte en mercancía. Y es entonces cuando el engaño está listo, y cualquier cosa puede venderse como una obra de arte (no me refiero a la obra que ilustra este artículo). Pero para completar este engaño, es necesario un escaparate, un escenario donde perpetrar el engaño, y este escenario perfecto son las ferias de arte.

Básicamente una feria de arte funciona de la siguiente manera: un empresario alquila por partes, un enorme pabellón, y las galerías de arte que quieren participar en la feria, alquilan esos espacios para colgar las obras de sus artistas representados, y esos artistas son los que al final le pagan al galerista por exponer sus obras. El negocio es redondo, pero no para el artista, que nunca tiene asegurada la venta de su obra de arte.

El argumento que más suele usarse para dejar impune este engaño, es que las ferias de arte son un trampolín para el artista, y que estas ferias de arte son visitadas por miles de personas, potencialmente compradores, que tal vez, solo tal vez, compren algo.

Y para rematar este negocio, para rematar el colmo del engaño, el empresario que organiza la feria de arte, le vende a unos pocos “afortunados” un pase privado el día antes de la apertura oficial al público.

Como ven ustedes, hay “arte” por todas partes. Y cuando digo “arte” me refiero a los intermediarios, que son los verdaderos artistas de este negocio.

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