domingo, 17 de mayo de 2015

LA ESPAÑA DE AHORA

Estamos en tiempos de elecciones y todos los lobos han salido a cazar. Pero no podemos huir, las condiciones ya están impuestas, y solo nos queda callar o gritar cuando nos claven los colmillos.
Los políticos que nos han gobernado hasta hoy, nos han abandonado, y ahora ocupan los mejores despachos de las mejores empresas, y es que somos un puñado de perdedores flotando encima de un iceberg de corrupción.
Me avergüenza pensar la España que le vamos a dejar a nuestros hijos y nietos, porque ellos, sin tener la culpa, tendrán que pagar nuestros platos rotos.
Y mientras tanto, los que ya estamos cargados de años, tendremos que retirarnos de la arena, con la dignidad bastante mermada, gracias al saqueo de los políticos, que sabiamente nos han gobernado.

Tantos años deseando entrar en el club (Europa) y ahora estamos sirviendo las copas que se beben los demás. Me duele mucho esta España del Nodo, que ya no le hace gracia a nadie.



"mi madre" tempera sobre papel

jueves, 7 de mayo de 2015

LA ESENCIA DE LA PINTURA

Siempre existe un punto de inflexión en la carrera de un pintor, y es cuando deja de copiar y empieza a crear. Es un paso decisivo, porque es cuando tiene que demostrarse a sí mismo, o a los demás, que es un pintor de verdad y no un simple copista.
Copiar un cuadro es un atajo, una especie de trampa, donde el pintor no se esfuerza en componer, ni en sintetizar, ni en crear nada, porque ese trabajo ya está hecho en el cuadro que está copiando.

Un pintor de verdad tiene que enfrentarse a la naturaleza él solo, sin trampas, sin atajos, con sus conocimientos, y tiene que crear mentalmente el cuadro antes de que exista físicamente, y será él quien extraiga de la naturaleza los elementos que quiere incluir en el cuadro, y eliminando el resto. Es un trabajo de síntesis. Es cuando aparece la pintura en todo su valor. Nada de esto ocurre cuando se copia un cuadro.

Álamos del río Segura

Valle de Ricote

El Almorchón 

Huerta con la Atalaya al fondo

Huerta con limoneros 

Orilla del río Segura I

Orilla del río segura II

Arrozales de Calasparra (Murcia)

La arboleda perdida

El río Deva (Asturias)

(Todos estos cuadros son de mi colección personal, pintados entre 1994 y 1.999)

lunes, 20 de abril de 2015

LA CASA DE LAS DELICIAS


"La Casa de las Delicias I"
óleo sobre madera (detalle) 27x61 cm.


"La Casa de las Delicias II"
óleo sobre madera (detalle) 27x61 cm.

viernes, 3 de abril de 2015

LA SEGUNDA VIDA DE LA OBRA DE ARTE


Existe una teoría que habla de la segunda vida de la obra de arte, propuesta por el premio Nobel, Eugenio Montale. Esta teoría dice que para que exista arte, tiene que haber una interacción con el espectador. La primera vida de la obra de arte, es cuando el artista la está creando. La segunda vida es cuando esta obra llega hasta el espectador, y se produce la admiración o el rechazo.

Esta teoría podría explicar en parte, porque en el siglo XX consideramos como una obra de arte, la “cabeza de  toro” que Pablo Picasso creó con dos objetos, aparentemente sin valor plástico, como el sillín y el manillar de una bicicleta. Sin embargo ya no me parece una obra de arte, el caso del urinario vuelto del revés que Marcel Duchamp expuso en Nueva York con el nombre de “La fuente” simplemente por darle la vuelta a algo que él no había creado. 

Antes la obra de arte era considerada por el valor que poseía ella misma, quedando su autor en muchos casos en el anonimato. Ahora, se ha dado la vuelta a esta situación y es el autor el que se vende como protagonista, pasando la obra a un segundo plano. Incluso para colmo, en algunos casos, es el comisario de la exposición el que aparece como protagonista.
Yo creo que esto  es un tremendo error, porque en una exposición, la verdadera protagonista debe ser siempre la obra de arte.

Yo creo que es un fraude al espectador, que un artista o un comisario, gracias a su habilidad, haga pasar por buena, una mala obra.

lunes, 16 de marzo de 2015

SOL DE MEDIA TARDE

óelo sobre lienzo, 40x100 cm.

A veces me olvido de pintar las formas que tengo delante, y me empeño en ir un paso más allá, y quiero pintar las sensaciones y el estado de ánimo que tengo en ese momento concreto, cuando miro una pared soledad por la tarde, como es el caso de este cuadro.
Aquí no quería quedarme con la cáscara, sino meterme más adentro, para buscar la molla, la esencia, lo sustancial, lo que verdaderamente importa en un cuadro.